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sábado, 27 de agosto de 2011


          Rosa Atribulada.
                             



Dedicada a una persona a quien no tengo el gusto de conocer
personalmente,

Solo a través de sus versos y poemas muy bellos y profundos
ciertamente.

He considerado conveniente,
Esperando no ser muy imprudente,
Escribir estos sencillos versos para ella especialmente,
Para decirle con todo respeto muy sinceramente:

Si tu vida atraviesa momentos difíciles actualmente,
Y te encuentras en una metamorfosis tratando de librarte plenamente,
De los eslabones que te encadenan a una etapa atribulada,
Que ya caduca en tu vida mortificada.

Si sientes que tu alma se encuentra angustiada,
Que tu vida ha caído en una hondonada,
Y que ahora todo lo ves muy confusamente,
¡No desmayes! Que la vida resolverá tu dilema oportunamente.

Dale tiempo al tiempo,
Y paso a paso y en su momento,
Iras aclarando tus dudas y temores,
Y sentirás que alguien ha escuchado tus plegarias y clamores.

Con la actitud adecuada,
Con la sabiduría alcanzada,
Con la experiencia ganada,
Tu vereda por la vida será allanada.

Adelante! Toma coraje y fortaleza,
Deja el capullo y conviértete en una bella mariposa,
Abre el botón y transfórmate en una flor muy hermosa,
Y veras la vida de manera esplendorosa.

Así como los rayos del sol penetran por tu ventana,
Para iluminarte el despertar de cada mañana,
Así llegará el amor a la puerta de tu corazón,
Para despertar en tu vida la alegría de la verdadera ilusión.

Y con mucha fe, entusiasmo y optimismo,
Podrás superar cualquier obstáculo en tu camino,
Y así labrar y moldear tu propio y feliz destino.

                        
 Chogui.


martes, 23 de agosto de 2011


JUAN HORMIGA.    (Vivencias de la infancia)



Temprano en la mañana, comienza la faena,
Cargando con su pena, que día a día lo condena.

Nadie sabe desde cuando,
Se le nublo la mente,
Que lo obliga a continuar andando,
Por las calles eternamente.

Su figura es tosca pero divertida,
Camisa y pantalón lo hacen ver muy desgarbado,
Y por si fuera poco los anda bastante desgastados,
Por tanto tiempo que han sido utilizados.

Un bolso de tela muy gastada,
Lleva al hombro bien colgada,
Donde guarda cual tesoro todas las migas,
Con las que alimenta a las hormigas.

Su pelo presenta muchas franjas ya plateadas,
Parece alboroto  por lo seco y maltratado,
Quizá por las inclemencias del tiempo azotadas,
Viento, lluvia y polvo y lo mucho que se ha asoleado.

En su rostro se reflejan las penas por él  pasadas,
Su frente muestra veredas bien surcadas,
Será por las arrugas que en ella lleva forjadas,
Cuantas angustias en ellas van marcadas.

Su mirada es triste con mucha melancolía,
En ella se manifiesta el vacio que lo invade,
El dolor y la amargura de seguro lo consume,
Y su mente perdida disimula su agonía.

Camina por la calle sin salirse de la orilla,
Abstraído en su mundo recoge alguna migajilla,
Va esparciendo  en su camino las pequeñas migas,
Alimentando la interminable fila de hormigas.

Tal parece que va sembrando semillas en el suelo,
Pero solo va realizando su único consuelo.
Recoger todas las migas,
Para alimentar a sus hormigas.

Ahí va Juan Hormiga, ahí va Juan Hormiga!
Gritan a coro los cipotes y toda la muchachada,
Lo saludan y le echan alguna que otra miga,
En su bolso de tela bastante desgastada.

Para algunos es objeto de mofa y de burla,
Pero muchos lo quieren y le tienen mucha estima,
Porque aunque su presencia parece algo burda,
Solo piensa en sus hormigas y a nadie lastima.

Juan Hormiga es más famoso en el pueblo,
Que el mismísimo alcalde,
Aunque no habla ni saluda,
Solo piensa en sus hormigas,

No descansa todo el día,
Afanado en su tarea,
Aunque llueva, truene o tiemble,
Alimenta a sus hormigas.

Su casa es el parque, la calle o algún rincón,
Su techo  es el cielo,
Y su cama el duro suelo,
Con cobija de papel o de cartón.

Juan Hormiga, Juan Hormiga,
Aunque no eras muy cuerdo,
Te quedaste en el recuerdo,
De tanta gente amiga.

Y ahora en el cielo alimentas a tus  hormigas!


  Chogui.

miércoles, 17 de agosto de 2011


MUJER.

“No es bueno que el hombre esté solo”.   
Génesis: 2.18


Mujer!.… eres la chispa divina,
Que puso en nuestro sendero el eterno Creador,
Tal cual radiante estrella vespertina,
Para iluminar nuestra vida con su intenso fulgor.

Eres la llama que alumbra al corazón,
Eres el fuego que enciende la pasión,
Eres  la bruma  que nubla la razón,
Eres  de la  vida la sublime ilusión.

Por ti se han agotado los versos y los cantares,
Por ti se ha vertido tinta en los pergaminos a raudales,
Por ti se han cruzado los desiertos y los mares,
Por ti se han superado los peligros abismales,

Eres tan sencilla como una suave mariposa,
Eres tan compleja como una vasta nebulosa,
Eres huracán que provoca mil tormentos,
Eres la brisa que mitiga los lamentos.

Por ti se han ensalzado la belleza de los florales.
Por ti se iluminan los empobrecidos arrabales.
Por ti se desbordan los tranquilos manantiales,
Por ti se tranquilizan las turbulentas tempestades.

Eres la tentación que inquieta el alma,
Eres el ángel que al espíritu da la calma,
Eres la angustia que estremece la  ilusión,
Eres el sosiego del atribulado corazón.

Por ti se han inspirado los más sublimes ideales,
Por ti estallan los más ardientes instintos pasionales,
Por ti se visitan con frecuencia los altares,
Por ti cualquiera hace todo tipo de malabares.

Eres la daga que abre la dolorosa herida,
Eres la cura de la llaga más sentida,
Eres la delicada espina que causa nuestro dolor,
Y el suave pétalo que lo alivia con su candor.

Eres la luna y las estrellas,
Eres de las flores la más bella entre las bellas,
Eres la fragancia de la exuberante primavera.
Eres la alegría de una lánguida quimera.

Eres luz, eres sombra,
Eres la aurora que asombra.
Eres verano, eres invierno,
Eres la gloria y el infierno.

Eres la inmensidad del incomprensible universo,
Eres la belleza del humilde y sencillo verso.

Eres el ardiente día, eres la romántica noche,
Eres la razón de la sinrazón,
Por eso quiero decirte  como un  dulce reproche,
Que sin tu amor. . . . . . . .  se muere mi corazón!


                                                                          Chogui

domingo, 14 de agosto de 2011


ENFERMO DE AMOR POR TI.









Como fiebre, lentamente, invadiste todo mi ser,
Desde entonces no he dejado de padecer,
El inmenso amor que por ti siente mi corazón,
Y que me ha hizo perder sutilmente la razón.

Entraste a mi vida sin ninguna condición,
Mi corazón te abrió la puerta sin vacilación,
Me juraste que lo nuestro seria imperecedero,
Y que por mi sentías un amor verdadero.

No entiendo porque cambiaste de repente,
O es que nunca me quisiste verdaderamente,
Y tan solo fingías cuando me acariciabas apasionadamente,
Y  me susurrabas que serías mía eternamente.

Ahora  pienso que hablabas con la boca,
Y no lo hacías desde el fondo de tu corazón,
Y que fue una vana presunción,
Creer en alguien insensible como la roca.

Desolado y muy vacio me dejaste,
Después que conmigo arteramente jugaste,
Y todavía no encuentro la razón,
Por la que te fuiste sin dar ninguna explicación.

Me convertiste en un simple y sencillo cascarón,
Sin alma, sin sentido, ni sensación,
Como hoja seca azotada por el viento,
Deambulo frágil, marchito y sin aliento.

Por mucho tiempo he andado divagando,
Sin encontrar la calma en ninguna parte,
Manteniendo la esperanza de encontrarte,
Y decirte que mi corazón te sigue esperando.

Si no logras atracar en puerto seguro,
Donde tu amor sea sinceramente correspondido,
Y  sientas que el camino has perdido,
No desesperes, no tengas ningún apuro.

Mi corazón por ti, todavía sigue ilusionado,
Tu lugar por nadie ha sido ocupado,
Todo este tiempo tan solo he deseado,
Que regreses a sanar este corazón que dejaste destrozado.










                                                                                         Chogui.

lunes, 8 de agosto de 2011


MI AMIGO, EL  PAYASO.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!

Que goce todo el mundo con tu divertido personaje!,
Mientras tú cómica y simpática figura,
Adornada con un chispeante y colorido maquillaje,
Disfrazan magistralmente toda tu punzante amargura.

Tu vida es un doblete,
Tu rostro es un falsete,
A los niños les pareces un juguete,
Salido de un bufonesco palacete.

Tienes en el rostro dibujada una sonrisa permanente,
Y con tu gestos y hablar muy elocuente,
Haces las delicias de toda la gente,
Sin pensar nadie en las tristezas que cruzan por tu mente.

Pocos saben con certeza,
Que la vida te trata con dureza,
Y que mientras a otros diviertes plenamente,
Tu corazón llora tristemente.

Tu esfuerzo es en verdad muy loable,
Y tu actuación mucho más admirable,
Pues por fuera aparentas alegría,
Y por dentro te consume el llanto y la melancolía.

Pero sigue, amigo, sigue,
Que tu destino te persigue,
Haz que con tus graciosos malabares,
La gente se olvide de sus mundanos malestares.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!


Chogui

viernes, 5 de agosto de 2011

RECUERDOS DE LA INFANCIA. (Recordar es vivir)

Recuerdos de la infancia se vienen a mi mente,
Los cuales con dulce agrado tengo aun presente,
Porque a pesar de que vivía humildemente,
Mí querida madre se esforzaba lo suficiente,
Para que no faltaran los frijoles, la tortilla y la comida decente.

Se arremolinan los recuerdos en mi mente,
 Y al  evocarlos un sutil deleite me invade  instantáneamente
Porque al hacerlo le proporcionan a mi alma,
Tranquilidad y mucha calma.

Son alegría, son tristeza, nostalgia y melancolía,
Porque el mundo se reducía,
A la escuela, los juegos  y mucha algarabía,
Y por supuesto a una que otra aventuría.

Como no recordar a la niña Chela la inquieta viejecilla
Que día a día  echaba las tortillas,
Y como gran cariño ella me tenía,
Tortillas especiales siempre me hacia,
Y eran tan chiquitas, tan chiquitas que de juguete parecían.

En la casa de la esquina,
La niña Tancho  diversos típicos vendía,
Pero lo que más yo  pedía,
Era del rico chilate que a gloria me sabía.

Los domingos esperaba con entusiasmo y alegría,
Pues para ir al cine era el gran  día,
Pero si antes a misa no asistía,
Salir a la calle no podía.

En la casa  donde vivía,
Mi mamá una pequeña tienda atendía,
Y con denodada insistencia  ayudarle me pedía,
Me gustaban tanto  las minutas con jalea que hacia,
Y de vez  en cuando el gavetazo. . . . . . .  yo le hacia!.

De los juegos que jugaba la palomilla,
  Habilidad manual todos requerían,
El trompo, el  capirucho, el yo-yo y las chibolas sobresalían,
La güimba, la vuelta al mundo, la yorta y alguna que otra fantasía,
Eran  los juegos que más  nos divertían.



Como olvidar  mi parque botánico de cada día,
Donde se respiraba aire puro bajo un sol que resplandecía,
Y en un ambiente  de apacible armonía
El trinar de los pájaros se percibía.

Oh parque! Querido parque,  testigo de mis andanzas,
Cuantos secretos  contigo compartía,
Cuando en lugar de ir a clases,
En tu follaje me perdía,
Y  en mi cómplice te convertías,
Cuando a una noviecita besos de azúcar le pedía.

Perseguía ardillas,   insectos y alguna que otra mariposilla,
También le hacia a la arqueología,
Y las inquietas  y alegres avecillas,
Me  embelesaban con su grata melodía.

Extasiado contemplaba  tus radiantes atardeceres,
Como se teñía el cielo de  pintorescos y magníficos celajes,
Deleitándome con esos sencillo placeres,
Antes que la noche envidiosa extendiera sus negros cortinajes.

        


Disfrutaba la finca Modelo,
Disfrutaba el Campo Marte,
Donde practicar el futbol  era un arte,
Y batear la pelota era  un anhelo.

En las pozas de  Apanteos,   Sapoapa y los Milagros,
En medio del verdor y la frescura del follaje,
Mientras chapoteaba  en sus claras y tranquilas aguas,
Me deleitaba observando a las aves que inquietas remojaban su plumaje.

Vamos a la estación,  vamos a la estación!,
Era el grito entusiasmado de toda la cipotada,
Pues con mucha emoción,
Íbamos a ver al tren de salida o de entrada.

Las fiestas de Semana Santa con fervor se celebraban,
Era época de mucha paz y sincero recogimiento,
Los adultos  en las iglesias oraban y oraban,
Los jóvenes asistíamos con respeto y  arrepentimiento.

Las fiestas de mi pueblo, que maravilla,
Rebozaban de mucha pompa, colorido y alegría,
Habían típicos, muchas ruedas y algarabía,
Que se quedaron grabadas profundamente  en el alma mía.

Un mar de diversiones,
 Octubre nos traía,
Comenzaba el verano y también las vacaciones,
Terminaban las clases y libre me sentía,
Pedir más ya no se podía.

Elevar las piscuchas era la misión de máximos honores,
Aprovechando los inquietos vientos que octubre esparcía,
Engalanadas de flecos  de múltiples colores,
Surcaban el cielo con gracia y maestría.

El corazón se emocionaba,
Cuando la navidad se aproximaba,
Era la época que más se disfrutaba,
Había luces y al Niño Dios se adoraba,
Y cuando a veces se podía  un juguete mi mamá me regalaba.

Eran tiempos de sana diversión y alegría,
Y cuando a mis hijos  se los refería con melancolía,
Con entusiasmo  ellos me pedían,
Que les contara las peripecias que de niño yo hacia.

Recuerdos de mi infancia,
Se arremolinan en mi mente,
Me causan alegría y melancolía,
Y  un suave y sutil deleite me embarga de repente.

Viajar en el tiempo quisiera,
Y vivir de nuevo esas experiencias,
Pues esas andanzas de niñez y adolescencia,
Profundas huellas dejaron en mis vivencias.

Me sentía cerca del cielo,
Me sentía tan cerca de Dios,
Con un ángel aquí en la tierra,
Como lo era mi mamá.

                                                                                                     Chogui.